Querría pensar que los organismos vivos, las creaturas, expresan, mediante la alegría, su agradecimiento o reconocimiento a la totalidad de la que forman parte. Cada eslabón consiente, a su debido tiempo (sonrisa o amor), en la cadena.
Quiero y no termino de poder... o es que me inquieto al considerar que, por un lugar especial del hombre entre las cosas, un acto privado pueda suponer algún quebranto en la totalidad del ser. ¿Es esto la conciencia? ¿O es más bien la trampa tendida a los filósofos por el lenguaje -y propalada milenariamente por ellos? En cualquier caso, si hay una correspondencia entre ética y ontología, no me cabe imaginar sino que la muerte, la nada y el castigo refieren a un mismo incumplimiento o extravío.
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