Oh sancta ingenuitas, que lo mismo que le pegas fuego al justo (por lo necia que eres), dices verdades como puños (por tu simpleza divina).
Aquí sobre la inmortalidad del alma, que el ingenuo debe identificar con el Intelecto Agente S. A.; puesto que él, el simple, sabe que el que muere es su yo. Él.
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