Eres (yo) una máquina de producir proposiciones. Ahora falta alguien que venga (un terapeuta salido de la carrera de Lingüística) para conectarlas a la semántica.
Porque no sólo de silencio vive el hombre. O, si vive, vive diciéndolo. Yo, por mi parte, escribo (es mi forma de hablar tímida) porque en el silencio me escucho. O no es que me escuche, sino la máquina que se desata.
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