Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
Esto es, cuando el río resuene (y mejor moverlo, según J. G.), agua llevará. No se trata de defender a nadie, Dios me libre, sino de ponerle un dique a la tontería y a la presunción de culpabilidad.
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