Qué grandes que son los privilegios del viaje, del desconectar y ser capaz de ver el mundo desde detrás de otras ventanas que no son las de tu casa. A pocos kms. de aquí, a media tarde, parece (parecía) caer un velo de bruma gris sobre las montañas que limitan la histórica ciudad por la parte del levante. El calor terrible, sin duda, del que tanto hablan los noticiarios estos días.
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