28 de mayo de 2012

Vida privada

La mitad de las veces nos callaríamos si tuviéramos que explicar nuestras metáforas, dándonos cuenta de que únicamente se reducen a otros tropos más torpes. Y en última instancia a onomatopeya, allí donde la mímesis consigue identificarse con la referencia. Con la única distancia de la presencia/ausencia: el aullido está cuando el  lobo se ha ido.

No hay comentarios: