26 de mayo de 2012

Si no constituyera una simpleza...

... cualquier intento de encasillamiento de lo que tiene de básicamente irreductible la realidad social, nos atreveríamos a disponer a priori la existencia de tres generaciones en el pensamiento español (sin limitarlo a la filosofía) después de la Guerra Civil: la de 1940, la de 1965 y la de 1990. ¿Es hora de otra nueva generación?

Puede que periodizar, datar la reflexión, no tenga sentido. Aunque sabemos que los cambios de interés y de método se producen. No va a ser lo mismo un pensamiento oficial, justo después de la guerra, ante el que la única alternativa es callarse, que lo que se va a ir produciendo y permitiendo después de cierta apertura y relaciones con el mundo exterior, digamos que a partir de los 50... Las marcas históricas (economía, sociedad, política, cultura) son bien conocidas. Como también que el pensamiento puro, que tiende a llegar tarde, necesita tiempo (para llegar tarde!). Entonces, hemos de esperar a los 60 para que se hayan consolidado ciertos influjos filosóficos o modas: existencialismos, análisis lingüístico, materialismo, etc. Bastaría con observar los currículos de "la" carrera para evidenciar el cambio. Todo se complica, incluso en estos años 60, ya demasiado, sin necesidad de cambiar las denominaciones (por cierto que el temario de las oposiciones de Filosofía en Secundaria seguía siendo antediluviano... hasta la llegada del buen Wert). Del tronco escolástico y tradicionalista se van desgajando (¿cómo van a salir de él?) demasiadas y distintas ramas.

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