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19 de mayo de 2012
H/S
No puedo o no sé ser más preciso, pero lo que yo leo (y lo que luego pienso a propósito) en ciertos poemas del final de la vida y la poesía de Wallace Stevens es lo mismo que veo en algunos cuadros de Edward Hopper. La misma desolación anónima de una clase media de contornos tan imprecisos como el Bien platónico o las generaciones orteguianas. Una clase que está al morir, como también cierta idea de la democracia y el bienestar. Supongo que todo esto por algún tipo de dialéctica ínsita, de pecado oculto, en el mismo proceso de su constitución y despliegue como clase hegemónica.
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