No sabemos si acudir a la palabra caradura o sinvergüenza para referirnos a los vocablos de ciertos dómines de la tribu, que incitan al coraje de los jóvenes (no te agotes en un trabajo fijo, muchacho, que el filo de la navaja es más diver) después de años de venta de la moto: maravilloso ser joven colega. Todo el poder para el acné, chico. A quien le permitieron ser verdugo le obligan ahora a ser víctima. Sustancialmente inocente, en ambos casos, aunque le haya gustado ser necio. Como a todos los jóvenes.
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