13 de febrero de 2012

Ossessione

Cualquier piedra. Lo mismo lo que calla el santo que lo que vomita el criminal. Las sonrisas de los redomados hipócritas, esos malnacidos en segunda instancia.

Mientras tanto vamos contando el frío, esta mañana -6º C, en las absurdas palabras de los ascensores o cuando nos cruzamos en vestíbulos trazando trayectorias que dibujarían, si acaso dejáramos huella como dicen que hacen los aviones en el cielo (¿existen?, ¿alguien los ha visto?), figuras tan enredadas como nuestras vidas. Helada: nombre de mi estupefacción, de la sorpresa vacía.

No hay comentarios: