8 de octubre de 2011

Magisterio

Vía coctelmarx:

“No, la escuela no sólo les ofrecía una evasión de la vida de familia. En la clase del señor Bernard por lo menos la escuela alimentaba en ellos un hambre más esencial para el niño que para el hombre, que es el hambre de descubrir. En las otras clases les enseñaban sin duda muchas cosas, pero un poco como se ceba a un ganso. Les presentaban un alimento ya preparado rogándoles que tuvieran a bien tragarlo. En la clase del señor Germain, sentían por primera vez que existían y que eran objeto de la más alta consideración: se los juzgaba dignos de descubrir el mundo…” (Albert Camus, Carnets)


Descubrir, dirigir la mirada, recobrar la potencia metafísica primordial, el asombro iniciático...

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