24 de octubre de 2011

Escriben

Ignacio Carrión, 24 de oct.:

 
Es evidente que Handke viaja sin compañía e incluso sin rumbo fijo. Pero compartimos sus idas y venidas sin ser vistos ni oídos. Hay una relación algo extraña con el lector-espía. 

 
***

 

BARBARA PROBST SOLOMON:


Franklin D. Roosevelt tenía una extraña serie de ventajas: la Gran Depresión fue tan grave que no hubo más remedio que intentar resolverla a toda prisa, el país contaba con unos sindicatos fuertes... y todo el mundo iba al cine. La pobreza era el lenguaje narrativo de la época, y en las películas, ya presentaran a pobres campesinos o a refinados burgueses de la ciudad, los banqueros eran siempre los malos. Los buenos eran los pobres llenos de orgullo. Pero eran blancos, y es de suponer que protestantes.

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