A mi modo de ver, la actitud natural de los científicos cristianos, representada en la biografía de Lemaître no sólo es útil, sino que resulta decisiva para mantener la vitalidad de la investigación científica. Pues cuando se pierde la perspectiva del universo como creación del Logos, se inicia una dinámica de creciente pesimismo en relación con la capacidad humana de obtener conocimientos verdaderos sobre el mundo. Y, paso a paso, se va cambiando el ideal de descubrimiento por el ideal de construcción de los fenómenos para su dominio técnico. Entrando en esa dinámica −y en parte ya se ha entrado en ella, y el estado actual de la universidad tiene mucho que ver con ella− la empresa científica de la descripción del mundo corre serio peligro de ser sustituida por una ciencia concebida como ficción útil. Y cualquiera que haya estudiado, por ejemplo, el desarrollo de la astronomía alejandrina, conoce los efectos profundamente anquilosadores para el pensamiento de esa forma de ciencia.
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Fe y obediencia .
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