"La demonización cristiana del darwinismo tiene más de manía histórica que de argumento teológico. Cuando embarcó como naturalista en el H. M. S. Beagle, Darwin se sabía de memoria la Teología natural del reverendo William Paley, un libro que demostraba la existencia de Dios mediante los evidentes signos de diseño que muestran los seres vivos. Y El origen de las especies puede leerse como una refutación meticulosa y obsesiva del libro de Paley "hasta en el estilo de los argumentos, la elección de los ejemplos, los ritmos y las palabras", según ha documentado el evolucionista Stephen Jay Gould. La selección natural es una teoría para fabricar diseños sin necesidad de diseñador: una teoría hecha a medida para pulverizar los argumentos del reverendo, uno por uno y sin compasión. Paley no fue una víctima colateral de la evolución. Darwin fue a por él y lo corneó. Por eso no le perdonan." (J. Sampedro)
Subrayados míos. Para decir, según mi opinión, cómo NO se debe argumentar. Hay que prescindir de las metáforas sanitarias, bélicas y taurinas. Ya sé que la costumbre no lo pone fácil. Pero prescindiendo de las metáforas en general, acabaremos percibiendo la simpleza de considerar la oposición teológica al darwinismo como una cuestión "personal". Ajustes de cuentas de las santas mafias. No, no es eso.
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