Dentro del género de la literatura universitaria cabría destacar el procedimiento de acceso a cátedras. No está nada mal la historia de Manuel Vs. Manuel (Garrido contra Sacristán) en Valencia, 1962. Tampoco la clásica de las oposiciones de Griego del insigne don Miguel de Unamuno (sin conocerlo -el griego-, pero con posibilidades; según la maldad de D. Juan Valera, que estaba en el Tribunal examinador). Pero por lo reciente, relativamente, y por el vitriolo que atesora el personaje que lo comenta, yo destacaría el caso de Aranguren.
Escribe el bueno de don Gustavo:
Hacia 1955 presencié los ejercicios de su oposición a la cátedra de Etica de Madrid: Aranguren representaba allí el símbolo del cristianismo aggiornato, la «acción católica» de las vanguardias dialogantes con Lutero que alzaban la bandera de Zubiri; oposiciones que se desarrollaron ante un público muy parecido al que describe Martín-Santos en Tiempo de silencio al hablar de los asistentes y asistentas a las conferencias de Ortega. Su rival, el dominico Todolí, representaba el cristianismo escolástico medieval. Desde mi punto de vista de entonces tan medieval era Aranguren como Todolí, sólo que Todolí sabía más.
Mala leche tenemos...
Tampoco debieron estar mal las fiestas universitarias de D. Diego de Torres Villarroel, catedrático de Matemáticas en Salamanca (ya te digo, cuando Newton y Leibniz -inter alia- allí, y nosotros aquí; si es que no cambiamos; que inventen ellos y que nos cambien la constitución si hace falta), ni el cipostio montado en mi meteórica y reseca provincia cuando la cátedra de Don Agapito M.
***
Con relación a unas oposiciones a cátedra, también de Mats., y que ganó casualmente el sobrino del ínclito Don Diego Torres (por lo demás amenísmo y post-pícaro autobiógrafo), lo siguiente:
"Debemos añadir que la Universidad no se halla en estado de poder juzgar sobre opositores a esta catedra, porque hay pocos graduados que entiendan lo que son matematicas, cosa que V.S.I. tendra presente para lo que ocurra."
Con un par. Ahí. Curándose en salud. Lo que ocurra. Que vivan las caeeenas y el séptimo de los Fernandos y ahora José Mourinho alias Dedo Rápido. En eso estamos, y tan felices.
Escribe el bueno de don Gustavo:
Hacia 1955 presencié los ejercicios de su oposición a la cátedra de Etica de Madrid: Aranguren representaba allí el símbolo del cristianismo aggiornato, la «acción católica» de las vanguardias dialogantes con Lutero que alzaban la bandera de Zubiri; oposiciones que se desarrollaron ante un público muy parecido al que describe Martín-Santos en Tiempo de silencio al hablar de los asistentes y asistentas a las conferencias de Ortega. Su rival, el dominico Todolí, representaba el cristianismo escolástico medieval. Desde mi punto de vista de entonces tan medieval era Aranguren como Todolí, sólo que Todolí sabía más.
Mala leche tenemos...
Tampoco debieron estar mal las fiestas universitarias de D. Diego de Torres Villarroel, catedrático de Matemáticas en Salamanca (ya te digo, cuando Newton y Leibniz -inter alia- allí, y nosotros aquí; si es que no cambiamos; que inventen ellos y que nos cambien la constitución si hace falta), ni el cipostio montado en mi meteórica y reseca provincia cuando la cátedra de Don Agapito M.
***
Con relación a unas oposiciones a cátedra, también de Mats., y que ganó casualmente el sobrino del ínclito Don Diego Torres (por lo demás amenísmo y post-pícaro autobiógrafo), lo siguiente:
"Debemos añadir que la Universidad no se halla en estado de poder juzgar sobre opositores a esta catedra, porque hay pocos graduados que entiendan lo que son matematicas, cosa que V.S.I. tendra presente para lo que ocurra."
Con un par. Ahí. Curándose en salud. Lo que ocurra. Que vivan las caeeenas y el séptimo de los Fernandos y ahora José Mourinho alias Dedo Rápido. En eso estamos, y tan felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario