Si durante toda tu vida "activa", año tras años, te vieses obligado a tomar el mosquetón y aparentar que formas parte de un ejército que no aguarda ninguna invasión. En ese caso, el único honor sería el de convertirte en un traidor a la patria, o por lo menos en un desertor de la estupidez escenificada.
Lector de F. Dürrenmatt y Max Frisch, of course.
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