5 de julio de 2011

Recapitulación de curso

Nadie dijo que los días del hombre sobre la tierra, en su casa y en la ciudad, hubieran de ser tranquilos, que una estrella rigiese su destino venturoso, que viviera entre las rosas de las sonrisas. El hombre estaba avisado, no hubo engaño en la partida. Lo sabían todos, él también. Nadie lo dijo. Si aun así sucediera que decides emprender un camino... entonces nada te dice que tu recorrido haya de ser largo, ni augures ni oráculos encontraste que bendijeran la empresa. Van y vienen las tormentas y los soles, empobreciendo un poco cada año en el mundo. O son tus ojos los que escriben esta impresión. De campo arrasado, de tormento y soledad, de soledad que atormenta.

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