La utilización primero de la lámpara de gas, luego de queroseno y, a finales de siglo, de la iluminación eléctrica reorganizó los modos de vida de los ciudadanos, trayendo consigo una nueva racionalización de los tiempos tanto de trabajo como de ocio. Todo ello, como ha observado Paul Virilio, cambió la temporalidad del sujeto y produjo en éste “un régimen de deslumbramiento permanente”. Este deslumbramiento permanente también sirvió para aumentar la vigilancia en las calles. La noche oscura había desparecido y ahora el sujeto en todo momento estaba expuesto a la vigilancia policial . La iluminación de las ciudades rompió la idea de la ciudad ensombrecida, ajena al ciudadano para “evidenciarse” ante éste, en perpetua exposición y aparente transparencia. Se rompía así la discontinuidad de los ritmos para introducir un continuum consustancial a la modernidad. (M. Á. Hernández Navarro)
a) Se vuelve imposible la mística (nocturnidad, soledad, silencio). Ultrashock, y un hombre de la muchedumbre (Poe), todavía-no-masa y ya-no-más-sujeto (antiBloch) que busca por la ciudad, hastiado de las exposiciones (mercaderías y museos), como te voy buscando yo.
b) Policía, observación constante: de ahí el atractivo de las historias criminales, el carácter epigonal de Jack the Ripper. La transparencia, vuelta imposible para este individuo intranquilo perpetuamente iluminado (neurasténico hasta el día de hoy), debe recaer sobre los actos que se salen de la luz.
c) Plena visibilidad posterior: de las masas que jalean o de las masas tras las alambradas, muerte de todos los espíritus y de todas las carnes (Nietzsche-casandra). Masificación de las autopistas y de las playas.
d) Un largo etc.
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