3 de marzo de 2011

Redes

De ninguna manera nos cuidaremos de las tentaciones de otros. Consideramos demasiado sagrada su libertad. Únicamente, y a modo de modesta proposición, nos importaría perder la risa ganada con ellos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Las risas ganadas, ganadas están. No se pueden perder.

Martín López dijo...

Eso espero, D. Anónimo.