10 de marzo de 2011

Planazo vespertino

Según el orden cartesiano (los pasos debidos, la perfecta cadena): one beer, almuerzo canalla (comestible al 70 %; otras veces me sale mejor, sin saber por qué), novela de Espinosa (el murciano, no el filósofo), semisueño a causa del mucho frío, despertar, coche y café y un tío pesado que no entiende que la chica venda productos eróticos -sic- como hobby -resic- (artefactos inefables los cuales supongo yo que estarán debidamente homologados, en cumplimiento de la legislación vigente, de la Constitución para abajo), páginas de Aranguren (mi extraño, aunque parco, entendimiento es capaz de pensar a la vez en lo que dice en Ética y política acerca de los diferentes sentidos y usos del término “Derecho natural” y de realizar mi propia contribución, modesta*, al debate entre el tío y la chica acerca del remunerado jobi) y luego más páginas de Rawls sobre Locke y el surgimiento del estado de clases (que por qué y cómo), a la vez que el hombre se va y los demás descansamos de sus preguntas, la lluvia que empieza a arreciar, yo que no veo a tres en un burro que anduvieran por la calle en un día así, cena canalla e Internet. Que no se me olvide: un dolor inmenso y un poema hallado entre las páginas de Rawls: “Al primer amor”.

* Realmente. No es falsa modestia. Mi solución es "agua" a la solicitud efectuada de algo sencillo y barato.

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