(Rest. La Parrilla, ayer) Yo no sé si se nos comprende cuando imaginamos la felicidad que se produciría si esta música anticuada (hacéis bien en corregir: eterna) se nos diera alguna noche en cualquier club al que accidentalmente acudiéramos. Count Basie, Duke Ellington. Duke Ellington, Count Basie. Si, ad+, el gran Charlie P. se arrancara, ¿no nos sería permitido pensar en una suspensión del tiempo, por un instante?
Aunque quizás yo no piense en música, ni en sonidos, ni en los colores de un escenario (blanco y negro) de un filme que nos parece mediado en exceso por la intervención cultural.
Quiero creer (me faltan o me sobran las palabras) en un orden deseado, de los sentidos- en todo aquello que nos salva de lo que (se) nos resiste: ojos, frente, manos---
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