1 de febrero de 2011

Ocurrente

... el pensamiento consiste en simetrías, en un abuso de las simetrías.

[Explicando Descartes*: cómo los tres motivos o niveles de la duda: sentidos que (mal)informan de los cuerpos, razonamientos que fallan en las matemáticas (¿en la mathesis tb.?), sueño indistinto de la vigila (de lo real), a causa de un diseño del genio malvado- cómo estos tres abismos se acaban resolviendo en otras tantas fases de la verdad o certeza: razonamiento matemático que rinde fruto en el súbito brillar del cógito (en el momento de mayor ruina, cuando nada parecía despejar las dudas), Dios perfecto avalista (antítesis de su hipótesis anterior, que era en verdad un gólgota de la Idea que siempre nos salvó; ahora lo que se gana es un desvelamiento perpetuo), instauración final de los cuerpos (aunque limitados a espacio y figura movible, pero algo es algo).]

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Una nueva materia: "Alternativa a la educación". Lapsus linguae... con una causa muy real.

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Lo que nos une es lo que nos separa; en el espacio y en el tiempo.
 
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*Es un decir. Cuando se dejan. Cuando yo lo entiendo. Cuando yo lo sé explicar.

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