Sin necesidad de cierres mentales:
No sé hasta qué punto se encuentran las altísimas inversiones educativas en tecnologías de la información (tic´s) expuestas al reproche de "para este viaje ¿hacían falta estas alforjas?". Dicho de otra manera: ¿existen datos que avalen, en la medida en que esto proceda, el empleo masivo de las tic´s, marcando su utilidad diferencial frente al método tradicional de maestro que sabe (debe) + pizarrra + alumno que escucha porque quiere aprender (también debe)?
Quizás, me temo, hayamos encontrado una nueva teología, o peor, una nueva religión en la que comulgar, nuevos sacramentos, otros sacerdotes. Yo soy un moderado creyente de la antigua, la socrático-platónica: la que se basa en un maestro que interroga, y un alumno que, después de escuchar, responde e interroga a su turno.
Dialéctica, con minúsculas o con mayúsculas me da igual. Pensamiento, escritura, texto. Tradición. ¿Tanto miedo da esta palabra? Pero si hemos encontrado mil maneras de deconstruirla!
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