3 de febrero de 2011

Ah, tentación...


Pensar que aquí está todo: la modernidad y mi ignorancia. En el libro de un neotomista. Y que un liberal trasnochado y rural como yo se haya fijado en él!

Estaré equivocado, porque no puede ser que un libro escrito por un católico hace casi 100 años (Dios mío, faltaban dos años para que naciera mi padre) pueda ilustranos sobre nada... Y a mí menos, un ateo en la práctica.

Estaré equivocado, pero seguramente no habrías encontrado un alumno más respetuoso que yo, Etienne...

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La muerte de Gilson ha pasado poco menos que inadvertida para un cierto mundo francés del «ruido y el furor» que, estos días, ha impuesto su ley a los mass media con la manifestación de 10.000 motoristas que, anteanoche, desfilaron horas y horas por las calles de París (treinta heridos, algunos graves, consecuencia de los choques a 160 por hora) para protestar contra intenciones gubernamentales tendentes a la prohibición de las cilindradas excesivas.

Encantador, no diga Vd. que no... Aunque quizás no hubiera nacido.

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