Ignacio Carrión, anotación del 7 de enero:
En cierta ocasión me dijo que cuando tenía delante a un niño pobre enfermo y trataba de curarlo, no era realmente a ese niño a quien estaba viendo, sino al hijo de Dios. Y aquella era su única forma de ver a Dios, algo que lo hacía inmensamente feliz. ¿Podía desear algo más?
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