Me desazona terriblemente, a mí que no tengo oficio ni talento de narrador, hacer de cronista responsable de las personas y los hechos de un sitio mínimo. La justificación está en que es mi sitio, y que a la fuerza vuelve uno al lugar de su nacimiento. Me desazona, sí, pero no puedo decir que me disguste esa responsabilidad, esa carga, este camello. Esta existencia gris y malsana.
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