Se te caen los mitos, con la lectura de este libro que no es ni crítica ni historia (Trapiello dixit). ¿Crónica? Se te caen y no porque Unamuno no demostrara valor cuando había que (¿buscaba el egotista su martirio en Salamanca 1936?), ni tampoco porque Machado no mantuviera su complexión básicamentee generosa, a despecho de la situación. Sino por las claudicaciones que aun los mejores, Antonio Machado, Miguel de Unamuno, mostraron (no se me ocurre otro verbo). Los peores no hay ni que mentarlos. Lo peor fue cuando esta claudicación, forzada por unas circunstancias irresistibles, dio pie a decir tonterías. Aun los mejores.
La tercera España que no pudo, que no la dejaron existir. Trapiello dixit. Es de sentido común, además. porque estadísticamente los fanáticos descerebrados no tienen por qué representar una cifra mayor.
Dadme una ideología y destruiré un país con sus gentes dentro. Pedían. Piden. Con la boca llena de baba estúpida, rabiosa. Cuánto más demócrata era Hobbes, que sabía lo que quería.
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