...
Toda mi vida: realmente no tengo derecho a reclamar esta plenitud del tiempo. Conozco lo que deseo, cada vez más encerrado en mí, a solas con mis animales legendarios (¿águila o serpiente?). Lo que deseo me avergüenza. Por eso me conformo con mantenerlo a distancia. Tomo prestadas las voces, esto sí. Si no, no me sería posible fingir, ni por un momento, las personas que no soy. Iba a escribir… Pero debo recordarme que no tengo derecho a pedir una plenitud del tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario