Poca historia: playa, mar picada, aire fresco del mar, incendio cercano (en Mojácar, controlado dicen los noticieros), páginas de Canetti (Masa y poder), mi torpeza habitual y mis obsesiones estúpidas, algo desanimado...
Alguna cerveza y el periódico sin leer. No importa cuál. Cosas de diario.
Además, la constatación de que hay gente más rica que uno. No mentaré el presuntuoso "poder", hasta los césares mortales son; vayamos a lo basto, el dinero sonante... A mí no me importa mi pobreza relativa. Sin embargo, en eras no socialdemócratacristianas, la lucha de clases (según el concepto del que mira desde abajo), el rencor o la envidia (si desde arriba), o el comunismo internacional (si uno ha intervenido en un golpe de Estado resultón) debían tener una carga significativa y efectiva innegable. O sea, que Marx pertenece a su época.
Hoy va la cosa de mediterráneos descubiertos. Es decir, verdades, desvelamientos de lo que está ahí habitualmente y yo no me doy cuenta. Basta, grafomaníaco!
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