O sea, una paradoja: los Diarios: obras de largo aliento. No fáciles de entrada, pero que a la larga conquistan al lector. Textos casi enciclopédicos.
Como los de Ernst Jünger. En concreto Pasados los setenta, I. Hay que superar previamente la doble impresión negativa de E. J., acerca de él quiero decir: ingenuo y clasista.
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