2 de diciembre de 2014

Síndrome de los belgas

Uno de los temores de los gobiernos quizás consista en que se perciba su carácter superfluo. Que se vea con claridad que la administración pública, tan denostada, puede conducir sin excesivos problemas la gestión de un estado. Que se note que el primer estamento, el de los que deciden, no es el de los expertos. Que alguien llegue a cinsiderar que los sufragios obtenidos sirven de cobertura para esta trampa, esto es, para el ejercicio de la libertad sin conocimiento pero con consecuencias. Los militares han mantenido a lo largo del tiempo la pretensión de salvaguardar integridades. Pero, ¿ qué conocimiento poseen los militares salvo el de ejercer su libertad eficazmente? Sin embargo,  en los burócratas hállase la posibilidad de una gerencia experta y total del orden civil, sin más valor que el de la prudencia científica. Ficción platónica del olvido intencionado del gobernante. Ps. En los partidos ha arraigado el temor a la noche oscura del gobierno de los subsecretarios.

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