Josep Pla encerrado y escribiendo en su masía del Ampurdán es una de las estampas fundamentales de la literatura, de una plasticidad semejante a la de Montaigne en su torre circular cerca de Burdeos, a la de Proust en su cama y su dormitorio de paredes forradas de corcho. En un gran libro dedicado a él, El hombre del abrigo, Valentí Puig lo invoca así: "Josep Pla, escribiendo en la masía, solo, a altas horas de la noche, uno de los últimos hombres de Europa".
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20 de diciembre de 2014
Aunque las imágenes de mi don Antonio, en Babelia, nos tienen que suliveyar:
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