19 de agosto de 2013

Middle class

El pintor canario Manolo Millares, hijo de un profesor de instituto (si bien con familia numerosa) anota lo siguiente:
De estudiar nada. ¿Ni siquiera pude hacer el ingreso de Bachillerato! Lo que aprendí fue por mi propio esfuerzo e iniciativa. Leía todo lo que me cayó en las manos y procuraba aprender cuanto podía aunque nunca fue suficiente y me dejó importantes lagunas.
Lo cuenta en sus Memorias de infancia y juventud (p. 64), y el tiempo al que se refiere es el de la inmediata postguerra española. Uno de los efectos perversos que debió inducir el conflicto bélico y su resultado fue muy posiblemente el de impedir dos de los efectos previstos de la educación escolar reglada con intención universal: la movilidad social y la circulación de élites. Que esto representa un obstáculo para una identidad nacional normalizada podría mover a la reflexión y a la inquietud: ¿se está produciendo ahora o se va a producir un quebrantamiento similar de las expectativas escolares? (No conozco datos, solo opino a vuelatecla.)

No hay comentarios: