Como me cuesta trabajo pensar, más que de costumbre, no
puedo deshacerme de una pregunta: ¿a qué situación lógico-existencial conduce
responsabilizar siempre a los demás de lo que uno mismo hace o padece? Me
parece una aplicación psicológica muy de este tiempo del principio
aristotélico-tomista de que todo lo que se mueve, en el mundo terrestre, es movido por otro. Se conoce con el nombre de
motivación, esta aplicación actual de la vieja idea, y responde a la consigna
toda la gloria para los sujetos. Va por ahí, no me lo puedo explicar mejor,
solamente lo intuyo…
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