Huyamos de la piedad hacia nosotros mismos. Quebrantaríamos
el orden racional del mundo. (Aunque de esta universal legislación no podamos
tener más que barruntos. Y eso los sabios. Los demás únicamente estamos para
las aplicaciones prácticas: tecnología y prudencia. Un poco de sol, entrevisto
entre las nubes, debe ser bastante para alumbrar las muchas noches.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario