23 de marzo de 2013

Diálogos de sobremesa en torno a museos


A la diferencia objetiva entre belleza y sublimidad tendría que corresponder la diferencia subjetiva entre talento y genio.
Nuestras palabras y gestos nos tienen que parecer necios después de pronunciados, e inevitablemente nos tienen que parecer necios cuando los pronunciamos. Efectivamente. (Sé que algo de esto lo he leído hoy en alguno de mis sitios habituales*.)
Un libro en el mismo museo: un catálogo del pintor Ginés Parra, con una biografía de P. Segura Cano. 5 ers.

Naturalmente, todas estas cuestiones, a mí, un pobre dietarista de una provincia sedienta me tienen un poco sin cuidado...

*Pues sí, de Mercancía en desuso. Aunque la intención pueda ser otra...

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