14 de marzo de 2013

Modesta opinión

Un país que desprecia a los maestros que tiene, y un ejemplo es esa publicación infamante de la Comunidad de Madrid, es un país enfermo, de odiadores vocacionales.

Hay que ser cretino, radicalmente ignaro, para burlarse y sacar pecho de las ignorancias de los demás. Como si eso aumentara un ápice el saber propio. Vomitivo.

***

Volviendo en negativo aquella demanda regeneracionista de escuela y despensa, parece que cuando la segunda no está asegurada debemos emporcar también la primera.

5 comentarios:

Susana dijo...

Gracias

Anónimo dijo...

Opinión modesta. Examen de conciencia y conocimiento.
Vaya por delante, que yo, dudo y yerro todos los días en mi ocupación.
Me parece bien conocer las aptitudes de nuestros maestros, pues son ellos los que forman a nuestros hijos.
Sin ánimo de chaza, más bien de pena y dando por sentado que la enseñanza es una de la más noble de las profesiones. Lo que es un verdadero arte y ensayo, es encontrar a un 86 % de maestros que no sean capaces de superar la prueba de conocimiento.
He leído las pruebas publicadas. Difíciles, difíciles no eran. No tenían categoría del licenciado Vidriera, quizás se asemejen a las del maestro Siruela.
Es posible que parte del resto de españoles devoren: “Gran hermano”, “Bíceps, berzas y viceversa “, “Sálvame”….Pero eso no quita, para sentir vergüenza ajena sobre el conocimiento de estos, nuestros maestros. O por lo menos tristeza.

Martín López dijo...

Don Anónimo:

Francamente, yo soy muy desconfiado por principio. Cui prodest este tipo de informaciones? Aparte de que, sinceramente se lo digo, dudo de ese 86 por ciento, los cuales no parece que pasaran la oposición. Pero no es esa mi intención en el post. La intención es señalar que sí, que da pena y que es lamentable si esto fuera así, pero que tal y como se comenta la noticia es como decir !qué burros son los maestros, y los profesores, y qué listo soy yo". Y la verdad, llevan machacando el oficio de docente durante más de veinte años, imponiendo por norma que no se exija, y ahora vamos y nos rasgamos las vestiduras porque las nuevas generaciones no tienen cultura. En fin...

Anónimo dijo...

¿A Vds. les imponen que no exijan a sus alumnos? ¡Qué fuerte! ¡Qué triste!... ¿Esto lo saben los padres de sus alumnos? Podríamos estar hablando de coacción. Pero mejor que no conteste, pues las palabras se las lleva el viento, pero lo escrito en internet permanece en el tiempo y no quisiera que tuviera ninguna contrariedad y yo tenga que entonar el mea culpa.

Anónimo dijo...

No se trata de que se imponga no exigir. Pero la realidad es la que es, y que se transforma lo que debía ser un oficio noble en una tarea altamente rutinizada y burocrática, al gusto del "pedagogismo". En efecto: hay cosas que yo no puedo decir aquí, porque debo respetar el "secreto de confesión". Cosas respecto de lo que realmente pasa en las clases, y que obviamente uno no puede contar.