Nacido el mismo año de la revolución rusa, testigo de la conquista del poder por los nazis, incorporado muy joven al partido comunista, para Hobsbawm el proceso histórico iniciado con la revolución francesa o, más allá en el tiempo, con la transición del feudalismo al capitalismo, habría de continuar con la segunda y definitiva revolución, la socialista, comadrona de una nueva era histórica que, según escribía en los años setenta, ya se había abierto con la revolución soviética, senda que antes o después, habría de recorrer toda la humanidad. Eminente historiador pero pésimo profeta, Hobsbawm vivió convencido de que la revolución rusa era el futuro de la humanidad prácticamente hasta la mismísima caída del muro del Berlín, cuando de aquel Grupo de historiadores marxistas británicos solo quedaba el recuerdo.
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2 de octubre de 2012
Eric Hobsbawm
Santos Juliá en El país:
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