¿Platonismo educativo?
A todos se nos llena la boca de exigir una enseñanza de calidad. Para mi, una enseñanza de calidad no son pizarras digitales ni ordenadores. Es, simplemente, un tío que sepa con ganas de enseñar y una tiza y un tío con ganas de aprender y una libreta. Y, quien lo necesite y lo merezca, una beca. Lo demás aditamentos tecnológicos, aunque puedan resultar más o menos bonitos, sobran. Si me apuran, me sobran hasta las leyes educativas, perversas como ellas solas, que no hacen más que contradecirse según el gobierno de turno y quitar la razón a quienes saben de lo que hablan, porque es su trabajo.
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