Sigo con mis absurdos cuestionamientos lingüísticos.
Cualquier palabra dispara el estado de alarma. Hasta las señales más convenidas
podrían verse afectadas, cortados los circuitos básicos de la interpretación.
Sin embargo, cuando no lo pienso soy hasta feliz. Lo mío es una idiotez (graeco
sensu) no por carencia, sino por exceso de socialización: la impresión de ser
juzgado a través del lenguaje---
1 comentario:
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