23 de septiembre de 2012

Animus meus

Sigo con mis absurdos cuestionamientos lingüísticos. Cualquier palabra dispara el estado de alarma. Hasta las señales más convenidas podrían verse afectadas, cortados los circuitos básicos de la interpretación. Sin embargo, cuando no lo pienso soy hasta feliz. Lo mío es una idiotez (graeco sensu) no por carencia, sino por exceso de socialización: la impresión de ser juzgado a través del lenguaje---

1 comentario:

Juan Fco Romero del Castillo dijo...

Le he enviado un mensaje con los datos solicitados. Trasmita el resultado de la gestión