(Me da igual el lenguaje, me indiferencia la razón) Si
hubiera que epitomizar, concediéndole un valor trópico, el mandato del zar
leonés, recordaríamos su decisión de hacer saber la limitación celérica
gastando un pequeño potosí en pegatinas ocultadoras en cada una de las señales.
Suponiendo que los conductores son o inocentes incomunicados o delincuentes con
mala fe.
O sea, la tontuna quintaesenciada, en este secarral por el que no pasaron ni la Reforma ni las Luces.
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Páginas de Dodds sobre griegos e irracionalidad.
... Pero todo muy especulativo, como con alfileres... y si son las necesidades del tránsito entre los siglos XIX y XX las que activan la búsqueda del irracionalismo entre los griegos (¿Nietzsche mediante?), la erudición filológica se muestra incapaz de sortear esa presión... muy especulativo...
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Supongo que necesito adaptarme al inicio de curso, al cambio de estación y todo eso de los ciclos...
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