Viendo en Youtube el viejo anuncio del Audi A-8 en el que aparecía el ancianísimo Kostolany, recuerdo lo de siempre: la vecindad e intimidad del cinismo con la muerte, el omnia vanitas y una vis melancólica potencialmente convertible en piedad. Una magnífica muestra del reciclaje publicitario de la retórica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario