Paseo a diario por aquí, por el campo, donde vivo. La mayor parte de
los habitantes son ahora residentes ingleses. Autóctonos, una minoría, entre la
que me cuento. La mayoría personas ya entradas en años. Se construyeron un
montón de casas, en los años del boom, que casi todos nos creímos, y
posiblemente yo también. Buena parte de estas viviendas están desocupadas,
algunas a medio construir o bien casi listas para ser habitadas. Ubi sunt? Qué
se hizo de estas ilusiones, ficciones, burbujas? Me da pereza tomar la cámara e
ir fotografiando. Lo que pasa aquí sucede en cualquier sitio. Idéntica
especulación ilusionante. A mí me genera melancolía. Mis padres no llegaron a
conocer esto. Ubi sunt? Yo no puedo hacerlo saber más que a través de una
extraña proyección. Me imagino que con mis actos tengo que darles cumplida
respuesta, que me examinan por mi bien, siempre por mi bien. A mí, que no he
sido un malvado pero muchas veces un inconsciente. Bien, sé que debo tomar la
cámara. Dejar constancia de lo idéntico, poniéndome en lo peor: en que
cualquiera pensara que no merece la pena. Y así no quedara recuerdo, memoria,
nostalgia. Moriremos, todos, algún día. Pero la muerte es necesaria, mientras
que el olvido es contingente. Un acto, al fin, de la libertad que renuncia.
Mientras que si la libertad se afirma, ha de salir a pasear cámara en ristre.
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