5 de enero de 2012

Quinto

Malestar y aprensión. O sea, lo normal. En la calle hace un día magnífico, mientras que dentro de la casa la temperatura más alta debe encontrarse dentro de la nevera.

Sere aprensivo es una de las múltiples maneras de cultivar la estupidez propio. De todos modos: los tiempos se prestan para todas las aprensiones. Nacimos cuando todavía se creía en el progreso y ahora ya no sabemos cuándo va a parar la regresión. Malos tiempos para la libertad y la razón, y excelentes para los salvadores de diversa índole. Pero yo no soy más que un opinante poco cualificado, a la espera de lo que determinan los políticos y los que mandan. Pues que determinen bien. Pero no se ve claro. En fin...

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