9 de enero de 2012

Banalidad

Pregunta. Si pudiera rebobinar, ¿qué haría?, ¿volvería a actuar del mismo modo?
Respuesta. Sí, haría lo mismo. Mi visión del mundo es la misma. ¿Qué podía hacer? No podía salirme; el oficial al mando iba sellando todas las alternativas. Éramos un instrumento, una máquina. Eso iba a pasar hiciéramos lo que hiciéramos; no había margen. (De aquí)
Obediencia debida. Lo siento por él, no le podemos juzgar.  No le debemos juzgar. Toreamos desde fuera de la barrera. El contexto... Pero sí que podía hacer, podía no haber tirado a dar. Todos podían haber tirado a no dar. No se es una máquina: se puede optar por morir, hasta por morir, en vez de matar. Hay una racionalización notoria en el argumento: no somos instrumentos ni máquinas, podemos elegir serlo o no serlo. Quien decide que no posee libertad ha utilizado su libertad para eso mismo, para negarla. No podemos juzgar, tampoco tenemos tan claro lo que debemos pensar acerca de los castigos. Pero el argumento es banal.

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