Si Platón fuera el gran ironista, y no su maestro, si todo lo escrito constituyera una humorada...
Si lo que el gran bufón sostuvo, llevando a lo surreal el juego mucho más serio de Sócrates, hombre entre los hombres, sólo en apariencia estrafalario, haya sido motivo de su risa desde hace 25 siglos...
Nosotros perdiendo el tiempo con sus juegos: el pensamiento de una absurda ciudad totalitaria, y de un cielo mucho más aburrido y malvado que el peor de los infiernos... Si también esa dialéctica hubiera que ponerla cabeza abajo...
Si se tratara, el maestro Platón, de una araña juguetona y todos nosotros los más estúpidos de los seres, convencidos de que su tela es la vida...
Si hubiera que repetir a Nietzsche y endiosarlo...
Sus malditas Ideas, la única caverna: sombras de la luz y del mar, del vino y de los cuerpos...
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