3 de agosto de 2011

Existencia

Entropía.

Las fotos ganan color,
según se va deshaciendo
la memoria.

Lo único que quiero decir es que la memoria acaba perteneciendo a un tiempo remoto, de claras rotundidades, y que conforme nos acercamos al presente el ruido va dominándolo todo. Qué no será el futuro! Ni siquiera tiene sentido mencionarlo...

Al talento del narrador corresponde la invención del pasado, deshacerse del ruido que podría contaminar hasta lo que encuentra en su memoria, dejarse ir, ser sincero y hacerse perdonar sus culpas por el procedimiento de confesarlas como quien no quiere la cosa. Empezar escribiendo, por ejemplo, que todos los errores se cometieron por la presencia de una pasión. Una misma ambición que a veces se giraba a la carne y a veces se dirigía al conocimiento.

Pero estamos solos, culpablemente solos, y no estamos para nada seguros de poseer la fuerza para relatar. Si acaso, si acaso... ya no albergamos ninguna ambición. Desde el instante en que elegimos habitar en una tierra destrozada por la inopia.

No hay comentarios: