2 de marzo de 2011

Roads to nowhere

El viento sopla suavemente en mis oídos, el agua juguetea entre las piedras y cae tranquila siguiendo su curso. El sol se encarama en mi espalda. Me paro y sus rayos juegan con los pelos de mi barba y siento que me acarician.

Ítem más:

Ítacas.

***

Se les agradece a los amigos y casi-amigos (conocidos) blogueros que no retiren las entradas que han publicado. Un bloguero de honra nunca se arrepiente del post que ha arrojado (a la pantalla, al mundo, a la mente del lector).

1 comentario:

Anónimo dijo...

El impulso de quitar algo puede ser igual de fuerte que el de ponerlo.