Se adivina en la entrevista el tormento del paranoico. De aquel para quien la realidad es un sistema, y él tiene todas las respuestas a mano. Nunca existen, para él, los hechos analizables, las hipótesis postulables, el momento de la contrastación, de la resistencia de la hipótesis o su refutación. Está nada más que su verdad fanática. ¿Alguien adivina el daño que hace?
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